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viernes, 27 de septiembre de 2013

Llegada Refugio Postero Alto


El jueves 19 de Septiembre, salimos con retraso sobre el horario previsto (para desesperación de Antonio Revillas y Tomás Fernández Halcón) con destino Granada.

Empezábamos uno de los retos más impresionantes y más brutales que he hecho nunca, más duro aún de lo que había imaginado en las reuniones que, cerveza en mano, habíamos tenido para planificarla: cruzar de este a oeste Sierra Nevada por la cuerda de la cordillera en tres días en vez de los cuatro o cinco recomendados, a más de tres mil metros, haciendo cima en los picos principales incluyendo el Mulhacén, la montaña más alta de la península con 3.480 m, abasteciéndonos de agua por el camino, durmiendo en ruta bajo cero… y todo, con una mochila de más de 15 kilos.

Tren Grananda-Guadix
Recogí junto a Nicolás Ybarra a Tomás y a Antonio y nos pusimos en marcha. El plan era quedarme con Antonio en Granada para comprar la intendencia del viaje mientras Nicolás y Tomás se iban a dejar el coche a Lanjarón, donde deberíamos encontrarlo al final de la última etapa y se volvían a Granada en autobús para vernos todos en la estación de tren e irnos a Guadix. En la estación nos reuniríamos con Borja Pérez-Lombard Martín de Oliva, que venía en tren desde Sevilla. Una logística perfecta trabajada por Nicolás, que a punto estuvo de irse al traste por el retraso del autobús de Lanjarón.

En el tren cogimos un compartimento para nosotros solos y nos repartimos la comida y las tiendas de campaña para compartir el peso. Cuando el revisor nos vio con las bolsas y los mochilones, nos pidió que no pusiésemos nada por en medio.Cuando volvió a pasar, teníamos todo el equipo repartido en cinco montones por todo el vagón más toda la basura de cartones y plásticos de la compra en un sexto montón. Puso cara de infinita paciencia y no dijo nada más.


En Guadix nos esperaba un taxista que nos llevaría a Jerez del Marquesado. Allí cambiaría su coche por un todo terreno que nos subiría hasta el refugio del Postero Alto, a 1.880 m. de altitud, desde donde al día siguiente empezaríamos la ruta.

Llegamos ya de noche y nos acomodamos. Este refugio está todavía cerrado pero dejan abierto una estancia/dormitorio llamada "los lobos" por si algún montañero lo necesita. Estábamos de suerte y no había nadie durmiendo allí, así que estuvimos muy cómodos. Encendimos los frontales y empezamos a preparar la cena. Fuera, una luna espectacular, que nos acompañaría durante toda la excursión, iluminaba el Picón de Jerez, nuestro primer tres mil de la Integral.

Habitación Los Lobos (Postero Alto)

Tuvimos una cena muy divertida, a base de queso, chacinas, vino tinto, y buena gente. Nos metimos en los sacos temprano. Mañana nos esperaba un día largo y a las seis y media de la mañana había que estar en planta.

Cena en el Portero Alto
Yo dormí bastante mal y salí del refugio a las cuatro y media de la madrugada. El silencio era impresionante, y la luna lo iluminaba todo. Casi no hacía falta la luz del frontal.

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